30/3/07

Le faltaron 21 palabras (...)


-A ver los de primero. Silencio. Fórmense bien... -grita la directora de la escuela.
Cada tarde, desde marzo hasta diciembre, la escena radial se repite cerca de las cinco de la tarde. No me queda otra. El fondo de mi casa limita con un colegio privado. Medianera mediante se escucha casi todo lo que sucede en el patio. Y no miento. Tan cerca lo tengo más de una vez salí corriendo a la puerta creyendo que tocaban el timbre y en realidad era, simplemente, la hora del otrora celebrado recreo.
-Los de tercero... Por favor. ¡Y los de quinto! Ya son grandes ustedes -brama la directora, con el megáfono en mano, intentando calmar a las pequeñas fieras que no paran de cuchichear.
-Bueno. Silencio... Recuerden que el lunes no hay clases -advierte.
-Eeeeeeeeeeeeeeeehhhhhhhhhh.
La segunda de las vocales, bien alargada, es la manifestación de alegría de los chicos, que ya paladean el feriado. La mayoría, intuyo, no sabe por qué gozará un fin de semana largo. La directora, tal vez presa de un arcaico programa de estudios, quizá víctima de su propia incapacidad, tampoco hace demasiado esfuerzo para que sus alumnos se enteren.
-Paren, chicos. Este feriado no es para festejar. Les pido que les pregunten a sus papás por qué no hay clases. Lo único que les digo es que no van a venir porque ese día pasó algo muy triste. ¡Silenciooooooooo! Y ustedes deben quedarse en sus casas y reflexionar. Hasta el martes.
-Hasta el marteeeeeeeeeeeeeeeeehhhhhhhhhh.

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El lunes es 2 de abril. Es feriado porque, hace 25 años, un dictador borracho creyó estar iluminado por la providencia del dios Old Smuggler y decidió recuperar las Islas Malvinas. Es cierto que muchos argentinos, incluso este cronista, entonces con edad de primer grado de la primaria, nos ilusionamos con darles una lección a los piratas ingleses. Pero sólo se trató de un reflejo inconsciente y chauvinista. Cualquier ser pensante (no olvido que mi viejo no se cansaba de repetir "esto es una locura") se habría dado cuenta de que era un delirio. Y así fue. Mientras Galtieri llenaba las cubeteras con agua y las ponía en el congelador de la tomada Casa de Gobierno, hubo 635 muertos y 1.068 heridos en las fuerzas argentinas. Muchos de ellos tenían entre 18 y 20 años. Eran pibes, con instrucción militar mínima, que estaban haciendo la colimba.
Espero que los chicos de la escuela lindante a mi casa, vayan a sus casas y se acuerden de preguntar por qué descansarán hasta el martes. Y también espero que los padres o tutores les cuenten la historia. El lunes no hay clases porque es el día del veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas. A la directora no le debería haber costado tanto decir esas 21 palabras juntas...

1 comentario:

Andrés dijo...

Fue una locura, un delirio de un grupo de militares que intentaban adueñarse de un poder que se les escapaba de las manos. En esto estamos absolutamente de acuerdo.

Pero no olvidemos también que miles de personas colmaron la Plaza de Mayo y aplaudieron aquello de "si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla".

Un abrazo