4/3/07

La insoportable levedad del no ser (...)

Un capítulo que pone nuevamente en evidencia la faceta depresiva del autor. Esa cualidad-defecto que parece potenciarse a medida que selecciona letras para formar palabras y sus consecuentes oraciones que, en definitiva, se transformarán en una nueva entrada en este blog. ¿El personaje se habrá devorado a la persona? En caso afirmativo, el amigo “…” debe estar con la panza llena y el corazón con mucho colesterol tras engullirse semejante banquete pantagruélico y adiposo.
¿Dónde habrán quedado los restos de aquel optimista inquebrantable?
La cuestión, si es que les interesa conocerla luego de esta prolongada introducción, es que el hombre sigue sumido en la tediosa medianía del inconformismo. El flamante blogger, ése que combina la paradojal dicotomía de ser pelado siendo muy peludo, fue quien provocó el clic con una brillante descripción: “Siempre entendí que mis ambiciones son mayores que mis capacidades. Con frecuencia, me siento frustrado, perseguido por una sensación de fracaso”.
¿Qué hacer ante semejante problemática? Se cumplió con el objetivo de hallar el origen de la contrariedad. Sin embargo, queda por resolver lo más difícil. Es decir, encontrarle una solución a la continua molestia que despierta la insoportable levedad del no ser.
Continuará…

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