28/10/09

No pudo evitarlo (...)

Estaba en silencio. Buscaba algo con su mirada. Pero, en realidad, no veía nada. Y se hartó. La bronca se canalizó con un puñetazo furibundo contra la mesa. A la descarga física la acompañó con un gruñido gutural."Mierda", refunfuñó. Envolvió su cara con sus manos, cerró los ojos con fuerza. No quería llorar. No pudo evitarlo.