28/6/07

Caballero (...)

Sin fina estampa, ni lucero... Ni siquiera sonríe bajo un sombrero. Pero es caballero. Anda como puede. Camina. Tropieza. Corre. Y se levanta. Se cansa. Descansa. Intenta. Acierta. Se equivoca. Aprende. Vuelve a empezar. Nunca es tarde para perder. Nunca es tarde para ganar.

Ilustración: estatua de Chabuca Granda, en Lima, Perú.
A pedido. Perdón Chabuca. Perdón Caetano.

26/6/07

Frustraciones soñadas (...)

De chico, admito, soñé miles de veces con que era un exitoso futbolista que brillaba con la casaca de Banfield. También imaginaba que llegaba a jugar un Mundial y, como no podía ser de otro modo, convertía el gol decisivo en la final ante Brasil. Uno suele no escatimar gloria a la hora de fantasear entre sábanas...
De hecho, para seguir ejemplificando, en plena adolescencia y con las hormonas en ebullición, me di el gran gusto de ser el amante en pijamas de mujeres hermosas. Obviamente, el hechizo se desvanecía no bien sonaba el despertador y me daba cuenta de que la almohada, generosa, hacía las veces de la inalcanzable Laura Antonelli, por citar alguna de mis innumerables e imborrables fantasías como púber.
Toda esta vergonzosa y ruborosa introducción tiene una explicación. La otra noche me encontré con que un tal Gabriel García Márquez había dejado un comentario en este blog. El realista mágico de Aracataca o alguien que se hizo pasar por él, elogiaba con fervor uno de mis relatos. Obviamente, totalmente asumido de mi prosa mediocre, no me creí nada. Sólo respondí con una carcajada textual. Suponía que se trataba de una broma de algún amigote. Sin embargo, a los pocos días, el gran GGM insistió a través de un correo electrónico. Decía que entraba a menudo en esta página y que le gustaba mucho lo que hacía. Volví a responderle y le agradecí, pero seguía poco convencido... Hasta que, finalmente, el propio Gabo, a través de la gente de su editorial, se encargó de que yo comprobara que todo era cierto. Era una caricia enorme para mi devaluado ego... Era maravilloso... Era increíble... Era, como imaginaban, un sueño. La pequeña Catalina, con un llanto de madrugada magnificado por el baby-call, me hizo caer en la realidad de que todo era producto de una nueva alucinación nocturna.
Apresurado y tremendista, como siempre, llegué a una conclusión mientras preparaba la mamadera: los sueños anticipan frustraciones. ¿Cómo es eso? De habilidades discretas como futbolista y con escasa fortuna, aunque no debo quejarme por lo que tengo en casa, a la hora de conquistar mujeres bonitas, mi suerte como literato está echada.
¿Saben dónde puedo poner una rotisería? Si la memoria no me falla, jamás soñé con un matambre con rusa o con un pollo al spiedo...

Incertidumbre (...)

Suena la alarma del despertador. Miro para arriba y el techo ya no está. Me parece raro, me preocupa, pero no me detengo en el detalle porque es tarde y debo ir a trabajar. Encaro hacia el pasillo que me llevará al baño. De repente, freno, giro y observo lo que dejé atrás. Veo armonía, entusiasmo y ganas... Pero ya me pasé de largo. Es demasiado tarde para poner reversa. Es inevitable. Con bronca, encaro otra vez el eterno pasillo. Miro hacia adelante. No veo nada. Está oscuro. Muy oscuro. Me parece raro, me preocupa. Y pienso con alivio... La luz está apagada. Tal vez, sólo necesito recordar de memoria el camino que me llevará hasta el interruptor.

Ilustración: "Mimosa", de Henri Matisse (1949-51)

25/6/07

Distracción (...)

De refilón, sin pedir permiso y con un poco de rubor, intento mirar donde no debo. Del otro lado, entre la espesura que se deja ver detrás de la pequeña hendija, se adivina un universo que promete calma, contención y comodidad. Desde afuera, luce como un espacio fabuloso. ¿Lo será? El muro es muy alto. Y no es el momento ideal para trepar. Es mucha la carga. Alcanza, simplemente, con espiar. Se trata de una excelente distracción.

Ilustración: "Refuge", de Paul Klee (1930)

24/6/07

Eufemismo (...)

¿Cómo decirlo sin llegar a los extremos de la crueldad? ¿Es necesario? Opresión y silencio. Desborde y ruido. No existe un termino medio. Por ahora. La razón pide calma. Intenta buscar diferentes opciones de salida. El reloj empieza a correr. El tiempo se agota... La razón piensa. Medita. Cuenta hasta diez. Y se abre una puerta que entre tanta oscuridad no se veía. Una vía de escape. Quizás estoy exagerando un poco. Nada es tan grave como parecía.

Ilustración: "Figure", de Pablo Picasso (1928)

23/6/07

Conexiones (...)

La dispersión hace estragos. Estoy acá, sentado frente a la computadora, con la vista clavada en el monitor, las dos manos sobre el teclado y con incontenibles ganas de armar una historia. Una buena historia. De repente, siento que estoy en otro lugar, muy lejos de la oscuridad de mi estudio, conectado con otra terminal y enfocado en armar una historia distinta. Otra buena historia. Pero distinta. Ahora no sé dónde estoy. Les advertí: la dispersión hace estragos.

Ilustración: "La ventana abierta", de Juan Gris (1921)

22/6/07

Disquisiciones rutinarias (...)

¿Por qué tengo tan pocas ganas de hacer todo lo que hago a diario? ¿Por qué me muero de ganas de hacer lo que nunca hago y, seguramente, jamás haré? Por primera vez, creo, logré responder una pregunta con otra pregunta. Obviamente, el dilema no tiene una solución tan sencilla en la práctica. Está emparentado con el sentimiento constante de disconformidad. Y, además, tiene mucho que ver con la adicción que genera la maldita rutina y el temor privativo que produce apostar al cambio para romper con lo establecido.

Ilustración: "Composición en rojo, amarillo y azul", de Piet Mondrian (1921)

21/6/07

Síndrome de abstinencia (...)

La abstinencia, asegura la Real Academia Española, es una "virtud que consiste en privarse total o parcialmente de satisfacer los apetitos". Como procuro combatir a diario contra mi supina ignorancia, seguí husmeando y me encontré con que satisfacer es "saciar un apetito o una pasión". Enseguida, fui por el significado de apetito y descubrí que es el "impulso instintivo que lleva a satisfacer deseos o necesidades". En tanto, comprobé que pasión es el "apetito o afición vehemente a algo". Recién entonces, después de transitar por un círculo vicioso de definiciones, llegué a la conclusión de que el diccionario podía estar equivocado. ¿La abstinencia es una virtud? ¿O es un terrible defecto? Al estar contaminado por el tema, debería abstenerme de hacer un comentario final... Sin embargo, me veo obligado a confesar que estoy diametralmente en contra de las abstinencias. No todo debe ser racional. Resulta nocivo para la salud frenar sistemáticamente los impulsos del instinto.

Ilustración: "Irises", de Vincent Van Gogh (1890)

20/6/07

Por las dudas (...)

Aquí no se habla de meras fantasías. Se hace referencia a cuestiones que alguna vez fueron posibles, pero que se convirtieron en amargas utopías como consecuencia de decisiones equivocadas o apresuradas... Las malditas dudas. Uso el índice y acuso: todo es culpa de las dudas. ¿Qué habría pasado si hubiese hecho esto o aquello? ¿Qué pasaría si probara eso? ¿O si elijo este camino? Dudas, más dudas. Ufff... La sensación es terrible. Querer hacer y no poder genera una angustia terrible. Es una sensación extremadamente corporal, imposible de expresar con palabras. De eso, vaya paradoja, no tengo dudas.

Ilustración: "Feuerquelle", de Paul Klee (1938)

19/6/07

Explícito (...)

La psiquis trabaja a destajo, como si se tratara de una coctelera que no para de ser agitada. Las ideas chocan en forma constante. Y por generación espontánea nacen nuevas imágenes. Sin embargo, a medida que se alarga el encierro, se torna cada vez más difícil ser explícito. Toda esa entropía tiene destino seguro de papelera de reciclaje. La claridad es la materia pendiente. Porque no existe término medio. El hombre pasa, sin escalas, de la oscuridad al encandilamiento. Se enceguece. Es irremediable. Y se pierde.

Ilustración: "Szene in Blau", de Willi Baumeister (1951)

Calentamiento global (...)

Intento irme, pero me quedo... Me quiero quedar, es evidente. Necesito hacerlo, aunque lo indicado sea alejarse... Suena contradictorio. Lo es. ¿Acaso es bueno ser coherente? ¿Se puede? Es difícil seguir una línea recta cuando los vaivenes conducen a un zigzag inevitable. ¿Cómo manejar la brecha entre el quiero y el no puedo? ¿O entre el puedo y el no quiero? Posibilidades e imposibilidades. De ahí, justamente de los opuestos, salen todas las decisiones y las constantes indecisiones. La vida transcurre. Caigo en pozos, los evito, me hundo y salgo a flote. ¿Y el calentamiento global? No sé por qué... Pero también me quita el sueño.

18/6/07

Autocrítica (...)

Nunca hubo una bienvenida.
Apenas, afinidad, coincidencias, necesidades complementarias... Enormes, pequeñas, enormes. Sin embargo, no alcanzó. Se hace difícil avanzar cuando nadie se atreve a cruzar del otro lado. Aburre. Se hace imposible cuando los límites son siempre los mismos. Agoniza. Nada se obtiene si no se intenta trascender. Muere. No todo lo establecido está necesariamente bien. Es imprescindible romper, destruir y volver atrás para empezar otra vez.
Tampoco hace falta decir adiós.

*Ilustración: "Upwards", de Vasily Kandinsky (1929)

16/6/07

Desdibujado (...)

El trazo fino no delata imperfecciones. La figura delicada encandila por su excelencia extrema. Es un imán y la atracción es inevitable. La unión, esperada, luce como mágica. Pero nunca jamás se consuma. La realidad se encarga de poner las cosas en su lugar. La conjunción es imposible. Inalcanzable. Con el paso del tiempo, el trazo delicado se erosiona. Se convierte en lo que no era. Ya no hay excelencia. Todo es pueril. La figura toma forma de garabato. Tiene destino seguro de mancha. Una más. Lo que parecía un dibujo perfecto deviene en una triste y poco original caricatura.

*Ilustración: "Maniquí de Barcelona", de Salvador Dalí (1926).

11/6/07

El pintor y la modelo (...)


Un bar. Dos amigos. Uno, hombre, pintor y escultor, con un importante vacío creativo. Ella, también artista, es desde hace tiempo su musa. Las ideas de Paula revolucionan el cerebro de Walter. Y también tienen a sus hormonas en ebullición. No sabe por qué, ni desde cuándo... Simplemente sucedió. Ojo, tampoco sabe cómo abordarla. Walter tiene un terror enorme al rechazo. Y a perderla. Pero...
-No se me ocurre nada, Paula... Me parece que voy a terminar atendiendo un almacén...
-Y por qué no pintás mujeres desnudas.
-No es una mala idea. Pero, pensándolo bien, vi muy pocas. Y hace un rato largo que veo a la misma. Necesitaría un poco de inspiración e investigación de campo para poder...
-Contratá una modelo...
-¿Sabés lo que cobran? Ni en pedo...
-Entonces, navegá por internet. Está repleto de páginas con chicas desnudas. No me vas a decir que vos no te metés...
-Pero no es lo mismo. Para trabajar sobre algo hay que verlo, sentirlo, vivirlo. Nosotros somos artistas. Vos lo sabés bien. Si no, es pura charlatanería... Es como si hablara con autoridad sobre problemas matemáticos después de haber leído sólo los libros del Licenciado Araujo.
-Pará un cachito -Paula pone el freno de mano-. Me parece que vos te estás pasando de vivo. Te doy una idea y ahora te querés aprovechar de mí.
-Y sí... Podría decirse que sí... Ojo, aprovechar es una manera de decir. Sólo te invito a pasar un rato juntos. Bah, en realidad, serías la piedra fundamental de la nueva corriente de mi obra...
-¡Piedra fundamental! ¡Sos un chanta! Dejate de joder.
-...
-¿Por qué ponés esa carita de santo? ¿Encima te parece bien? De buenas a primeras vas a hacer cornuda a tu novia... Yo no me quiero hacer cargo de eso. A mí no me gustaría estar en el lugar de ella.
-Bien no me parece... Sé que no es lo correcto. Pero no soy perfecto. Cualquiera puede tentarse con una chica tan linda como vos -Walter saca a relucir su mejor carta de zalamería--.
-Encima ahora me querés endulzar. Al final, sos como todos...
-Pará, pará, pará... No soy como todos. Soy lo que soy, como diría... Uh, no me acuerdo, ayudame, ¿cómo se llamaba la que cantaba eso?
-¿Eh? No te entiendo.
-No importa... Apenas te estoy haciendo una pequeña propuesta indecente. Podés decir que sí... Podés decir que no... Y listo. Vos me sugeriste que dibujara mujeres desnudas. Y a mí me dieron ganas de verte sin ropa. ¿Está mal?
-Claro que está mal. ¡Mirá en la posición que me ponés! ¡Me incomodás! Además, ¿quién te dijo que mi cuerpo es lindo? Yo me baño con los ojos cerrados para no verme desnuda...
-Bueno, perdón... Tu belleza es algo que se intuye sin necesidad de desnudarte -insiste Walter-... Pero dejalo ahí: no quise molestarte. Ya está. Olvidate. No te dije nada.
Walter y Paula se quedan en silencio. Se miran. Y ella empieza a reírse.
-De qué te reís, guacha...
-Yo tenía razón... Al final, sos como todos. Primero te hacés el valiente y después arrugás.
-Pero, disculpame, ¿ibas a aceptar?
-Sí, claro, pero no te la iba a hacer tan sencilla.
-Entonces, ¿por qué hablamos en pasado? ¿Adónde vamos? ¿Vamos a tu casa?
-A ningún lado, querido. Si vos recién me dijiste que me olvidara... No sé de qué estamos hablando. Sí, dale, llevame a mi casa. Pero yo me bajo solita...

*Ilustración: "El pintor y la modelo", de Pablo Picasso (1963)

6/6/07

¿Lo pensaste bien? (...)

-...La necesidad creativa se sustenta en la ganas de alcanzar la superación. Sin embargo, resulta mucho más sencillo cuestionar lo establecido. De ahí, creo, surge la tendencia auto destructiva del hombre...
Es la primera cita. En un bar de San Telmo, con un par de cervezas mediante, Joaquín intenta deslumbrar a Marisa con su discurso repleto de palabras entreveradas. Está convencido de que su afilada dialéctica es su principal arma de seducción y, sobre todo, la vía más rápida para llevar a su nueva conquista a la cama. No le interesa demasiado hurgar en la historia de la muchacha.
-Por eso, sostengo, es necesaria la intervención del estado...-sigue Joaquín.
Ella, obviamente, va por otra dirección. Se aburre con el monólogo vacío de contenido de Joaquín que, enredado en sus oraciones, ni siquiera se da cuenta de que la cerveza se le calentó y que la segunda botella también está vacía. A ella le gustaría, simplemente, hablar de la vida. De su vida. De la vida de él. No anda con vueltas filosofales. No necesita más laberintos. Quiere dejar atrás un pasado plagado de complicaciones, desencuentros y desencantos. Sólo quiere disfrutar. Jugar. Volver a ser adolescente. Y, en este momento, la pasa mal. No sabe cómo ponerle fin a este insoportable encuentro. Ni siquiera escucha lo que dice su interlocutor. Lo ve mover la boca, piensa que es una lástima que sea tan engreído y que no vale la pena darle otra oportunidad por más lindo que le parezca... Apenas necesita idea para acelerar el desenlace de la cita. Desea que le suene el teléfono celular y que del otro lado esté una amiga que le haga la segunda. Pero, ¿quién la va a llamar un viernes a las dos de la mañana?
-¿Qué opinión tenés al respecto? -pregunta el hombre.
-Perdón... -Hacía un rato largo que Marisa había dejado de prestarle atención a Joaquín.
-Uy, se acabó la birra... Les pido otra y de paso hago un toquecito por el baño. Ahora seguimos...-sugiere el incansable Joaquín.
La necesidad fisiológica de Joaquín generó el hueco que necesitaba Marisa para iniciar la retirada. Pensó en dejarlo plantado, pero calculó que sería una actitud muy poco cortés de su parte. Además, el lunes tendrían que volverse a ver las caras en la oficina. Volvió a cruzarse con la idea del llamado, pero la excusa sólo serviría para patear la pelota hacia adelante... Joaquín, embobado por la exuberante figura de Marisa, parecía decidido y, probablemente, insistiría con más salidas hasta conseguir llegar a las sábanas.
-Acá estoy de nuevo... ¿Lo pensaste bien? ¿Qué te parece mi idea? -insiste el muchacho.
-Sí, lo pensé muy bien... -encara la chica sin pelos en la lengua-- me parece que sos un pelotudo que lo único que quiere es coger conmigo lo más pronto posible. Y lo peor es que estuviste cerca conseguirlo... Sólo tenías que hablar un poco menos de vos y de tus complejas teorías sociológicas. Al menos, me podrías haber preguntado cómo estaba. Esa hubiese sido una buena manera de empezar. ¿Te puedo hacer una pregunta?
-Ya me la hiciste, además... -acota Joaquín, con un ojo virtualmente morado, antes de ser brutalmente interrumpido.
-No ves que sos un flor de pelotudo... ¿Con todas las minas hacés lo mismo? ¿A cuántas engañaste con ese discurso progresista? Te doy un consejo: cambiá de estrategia. Sos demasiado pelotudo. Parecías otra persona las veces que nos colgamos a hablar... Por todo eso que hiciste, acepté la invitación... Y además porque me gustás, sos muy lindo... Pero te pasás de boludo. Y no me gusta coger con boludos. Así que mejor la cortamos acá. Tomá, invito yo. Nos vemos el lunes. Y espero que aprecies mi honestidad. Créeme: habría sido más sencillo terminar en tu departamento. ¿Sabés lo que me costó decirte todo esto?
-...
Marisa se levantó y se fue. Joaquín vio cómo se tomaba el taxi en la puerta del bar. El se quedó sentado y se terminó la cerveza. Luego se pidió otra. Al rato, le invitó un trago a una chica que usaba una minifalda. Tras una breve introducción que incluyó nombre, profesión, edad y gustos varios, Joaquín volvió a empezar...
-Creo que la necesidad creativa se sustenta en la ganas de alcanzar la superación. Sin embargo, resulta mucho más sencillo cuestionar lo establecido. De ahí, creo, surge la tendencia auto destructiva del hombre...

5/6/07

Eleanor Rigby (Lennon-McCartney)

Eleanor Rigby recoge el arroz
en la iglesia donde se ha celebrado una boda
Vive en una nube, espera en la ventana
con una carita que lleva dentro de un pote
junto a la puerta ¿para quién es esa cara?

Todos los solitarios
¿De dónde vienen?
Todos los solitarios
¿Adónde pertenecen?

*Letra completa.
**Imagen