13/4/07

Explosión (...)

No hay pistas. Sólo la secreta evidencia de dos corazones partidos. Hay amores correspondidos que no corresponden. Para infortunio de los morbosos, no hay sangre desperdigada por ahí. Apenas se ven restos de sueños indecentes y de aventuras inconclusas. También se ven caricias apócrifas que nunca llegaron a ser caricias y besos reprimidos que jamás tuvieron la valentía de ser besos. Los dos corazones se rompieron en mil pedazos. No se sabe cómo, cuándo ni por qué. Simplemente, estallaron.

1 comentario:

Diego Sagardía dijo...

Era hora de que blanqueara sus sentimientos por el hombre de la sopapa en la bolsa de papel madera.