26/4/07

El regalo (...)

-¿Qué querés para tu cumple? –pregunta Fernando.
El hombre, harto de ver caras de orto cada vez que hace un regalo, eligió el camino más sencillo: preguntar. Quería ponerle punto final a uno de los karmas que tiene su matrimonio con Cecilia. Deseaba que ella se sienta a gusto con el obsequio. Además, yendo al fondo de la cuestión, intentaba ahorrarse el mal trago de ir al shopping, esta vez acompañado, para hacer el obligado cambio.
-Ay, gordo… Sabés que a mí me gustan las sorpresas. Así no tiene nada de gracia –responde Cecilia con una buena dosis de hipocresía-. Vos tenés que darte cuenta solito. Sos un tipo inteligente… Además, hace diez años que estamos casados. ¿No conocés mis gustos? Dale, sorprendeme...
-Hacela fácil, flaca. Te lo digo en serio. Si no te doy la plata y listo… Vos sabés bien que nunca la pego. Tenés un pero para cada uno de mis regalos… Hablando mal y pronto, no hay poronga que te venga bien. Dale, no seas tonta: te estoy dando la oportunidad de elegir. Aprovechala. Ojalá yo tuviera esa chance…
El diálogo se pone un poco tirante. Parece que todo va a terminar a los gritos. Los gestos de Cecilia lo dicen casi todo…
-¡Qué poco sentido del romanticismo! Además, ahora me vengo a enterar de que no te gustan mis regalos. ¿Por qué me decís eso?
-Dale, no des más vueltas… Decime ya qué es lo que necesitás y yo voy y te lo compro -se pone firme Fernando.
-Mmmmmm. No sé. Esto no me gusta demasiado... Aunque parece que no me das opción. La verdad es que me hacen falta botas… Las marrones están todas rotas. Y las negras también. Pero…
-¡Pero qué, Ceci!
-En realidad, me gustaría otra cosa…
-¿Otra cosa? Decime que te la compro. Y si querés también voy y te compro las botas… Aprovechá que estoy bueno y, sobre todo, que tengo algo de plata guardada.
-¿Estás seguro? -a Cecilia se le enciende la lamparita. Sabe que está ante una oportunidad única y parece dispuesta a aprovecharla.
-Segurísimo. Pedime lo que quieras –se resigna Fernando.
-Bueno… Pero podés darme la plata y yo me lo consigo. No hay problema.
-¿En qué quedamos? Eras vos la que hablaba de la sorpresa y del romanticismo… ¿Cuánto querés? –se entusiasma Fernando, saboreando la posibilidad de evitarse el disgusto de entrar a un shopping para hacer las compras.
-Ay, me da un poco de cosita…
-Dale, flaca, decime –vuelve a interrumpir Fernando.
-750 pesos.
-¿Cómo? ¡750 pesos! ¿Te vas a comprar la zapatería entera?
-En realidad, las botas cuestan 200 pesos. Vos sabés que no me puedo comprar unas botas baratas. Viste cómo las uso… -se justifica Cecilia.
-Sí, sí… Está bien. ¿Y el resto?
-El resto es para contratar un stripper.
-¿Contratar un qué? ¿Dijiste un stripper? ¿Escuché bien?
-Sí, un stripper. Igual, no importa. Si no te alcanza la plata, dame lo que puedas y yo…
-¿Para qué querés un stripper? ¿Es para vos?
Fernando quedó al borde del nocaut. No esperaba semejante respuesta de Cecilia, su Cecilia, a quien creía conocer como la palma de su mano. De hecho, estaba convencido de que ella se sentía satisfecha con la sexualidad en la pareja.
-Obvio, ¿quién cumple años? ¿Vos? ¿El perro?
-Qué se yo. Tal vez lo querías para regalárselo a Claudia, que sigue sin encontrar novio… Pero me estoy yendo al carajo. ¿Para qué querés vos un stripper?
-Diste en el blanco. Claudia, justamente, me recomendó uno. Me contó que la pasó bárbaro, que se cagó de risa… Y me picó el bichito de la curiosidad ¿Está mal? ¿Quiero que me haga un show? ¿O acaso vos no te quedás mirando el canal porno todas las noches que podés? –contraataca Cecilia.
-Sí… Pero es distinto. Yo no te pido plata para ir a garcharme una trola.
-Pero vas igual… ¿O vos pensás que yo me creo eso de las sobremesas largas cada vez que te juntás con tus amigos? ¿Por qué vos podés y yo no? Además, el show vale 550 pesos. Después, si me dan ganas de consumir algo extra, corre por mi cuenta… Yo no te estoy pidiendo plata para irme a la cama con un chongo. Sólo quiero ver algo diferente.
-Me dejás mudo... No me esperaba esto.
-¿En qué quedamos? Vos la empezaste... ¡Viste que era más fácil ir al shopping y comprarme un pantalón!

No hay comentarios.: