20/4/07

Una salida (...)

Ella estaba hermosa, perfumada, con el pelo aún mojado... Salió de su casa, sonrió y la media hora de espera quedó totalmente justificada. Se subió al auto y me dio un movilizador beso entre la mejilla y la comisura del labio. No la veía hacía años. Pero me había enterado de que vivía sola y decidí llamarla. Los dos parecíamos dispuestos a recrear buenos recuerdos. No había grandes expectativas. Simplemente, el acuerdo tácito de hacerle frente a la soledad compartida. Yo estaba ansioso. Ella, nerviosa. Parecíamos dos adolescentes. Fuimos a comer. Hablamos y hablamos. Fue una noche fantástica. Fue la primera salida. También la última. No puedo olvidarla. Ella estaba hermosa, perfumada, con el pelo aún mojado...

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