La puerta, por ahora, está cerrada. Se puede abrir. Y no se sabe qué hay del otro lado. La costumbre genera seguridad. Ofrece garantías al igual que la rutina. También devuelve chatura. Insatisfacción. Como contrapartida, el desafío de cambiar genera temor. Despierta preocupación. Eso está claro. En pleno proceso de mutación, la incertidumbre altera el ánimo. Los nervios extreman su sensibilidad. Se pierde lucidez. ¿Cómo evitarlo? Tal vez sea el momento de darle cabida a los instintos. Basta de razón. ¿Basta?
2 comentarios:
eso estubo bien loco amigo
pero bien loco
eres emo?
bueno hechale ganas dude
you need help
realy
ok
chau
En este momento de mi vida acabo de cerrar una puerta y espero no abrirla por mucho tiempo.
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