1/11/07

A un costado (...)

En la nada, con la abundancia de la imaginación como parte indeleble del pasado, el hombre se toma tiempo para pensar. Cierra los ojos y una imagen se repite. Lo persigue. Lo tortura. Abre los ojos y la situación se corporiza. No puede evitarlo. Se le escapa una sonrisa moderada. Recuerda, sin quererlo, algunos instantes de plenitud. Se extendían por quince o veinte minutos. Nada más. A uno de sus lados, siempre encontraba algo parecido a una salida. Tal vez, simplemente, se trataba de un escape ficticio. Pura evasión. Pura fantasía.

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