15/5/07

Ataque místico (...)


Debo hacer una denuncia en el mostrador de los objetos perdidos: no sé dónde dejé el egoísmo. No lo encuentro.
Advertencia: no es la intención, a través de estas líneas, sumar puntos ante la nutrida (¿?) platea femenina. No hace falta... Tampoco persigo fines de beatificación, canonización o santificación. No me motiva la idea de ganarme una parcela en el cielo. Además, mi religión no me lo permite.
Llegué a la conclusión de que la pérdida del egoísmo, virtud/defecto esencial en el tránsito por la vida, acarrea gravísimas consecuencias. Ojo, no quiero pasarme de la línea. No deseo profesar un excesivo amor a mi ombligo, que haga atender en forma desmedida mi propio interés en detrimento del beneficio ajeno...
¿Hacia dónde voy? Ya llego. L
uego de un interesante cambio de ideas callejero, veo preocupado cómo el entorno se mueve sistemáticamente bajo la dictadura del egocentrismo. Casi nadie piensa ni un poquito en los demás. Y paradójicamente casi todos reciben provecho de su mezquindad.
Como contrapartida, este servidor, que se esconde como puede debajo de unos indefensos puntos suspensivos, casi siempre trata de pensar en el otro... Tal vez sea un defecto (¿?) de formación emparentado con la ingenuidad...
No se aprovechen de mí. Además, ya hice la denuncia. Estoy seguro de que la gente de objetos perdidos me devolverá pronto mi maltrecho egoísmo. Eso sí, una vez que lo recupere prometo no usarlo en forma desmedida. No me agrada la idea de ser uno más del rebaño de lobos disfrazado de ovejas. Prefiero ser el perro con el martillo...

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