18/2/08

Contrapunto y aparte (...)

Por vocación, el hombre persigue comienzos. Tiene la imperiosa necesidad de construir historias. Los inicios de cada aventura producen cosquillas. Son suaves. Melosos. Son producto de una alquimia perfecta. Un poco de química. Otro tanto de magia.
Los finales, en cambio, jamás son gratos. Generan dolor. Escozor. Arrancan lágrimas. Lastiman. Resulta vital echarle un poco de tierra encima a cada historia terminada. Para hacer un necesario punto y aparte. Para no ahogarse con la propia sangre. Para no morir sin olvidar que se puede ir detrás de un nuevo comienzo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La sensación que domina mi vida es una frase hecha: 'Siempre estoy empezando algo, y abandonando algo más'

No sé por que, pero hay mucha gente que siente igual.



Pasé por aquí, nada más.


J.