3/2/10

Inalcanzable (...)

Estar muy cerca de lo inalcanzable genera una sensación extraña. Algo así como enamorarse, con una mezcla de ansiedad y temor. Ansiedad por llegar. Temor por el escenario desconocido que se aproxima. Es efímero, claro. Enseguida uno se da cuenta de que lo inalcanzable es, justamente, imposible de alcanzar. La desilusión golpea. Y la molestia sigue. Duele. Hasta que uno se olvida del fracaso más reciente y, envalentonado, decide perseguir otro objetivo con forma de utopía.

2 comentarios:

Ailín dijo...

Es exacto lo que siento...
Efectivos esos estos Tres Puntos, eh..

Carla Irupé dijo...

Idem, Ai.