12/11/09

Fuerte (...)

Tenía ganas de gritar. Y lo hizo. Fuerte. Rompió el silencio por cinco segundos. Los demás se sorprendieron. Lo miraron. Con sorpresa. Sin decir nada. Ninguno lo entendió. Nadie. Como siempre. Pero no importaba. Nada. Y todo siguió igual. Para todos. Menos para él.

1 comentario:

Gabo dijo...

Ojala todos pudieran gritar alguna vez, por lo menos alguna vez...