13/12/07

No quería (...)

Como si se tratara de un castigo, un correctivo para intentar enmendar su error, puso su cabeza debajo del potente chorro de agua que salía de la ducha. Intentó dejar de respirar. Pero segundos después se dio cuenta de que uno no tiene potestad para frenar en forma voluntaria un acto reflejo. No podía volver atrás. Pero tampoco deseaba avanzar. Era irremediable. El hombre no quería enamorarse otra vez. Pero ya lo había hecho. A destiempo.

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