18/12/08

Indeleble (...)

Un recuerdo se aferra en mi memoria. Un momento único, con gusto a aventura, se tornó indeleble. Cuando se fue, sentí tristeza. La seguí con la mirada. Deseé y hasta hice fuerza para que diera media vuelta y regresara. No quería que entrara por esa puerta. Estaba aceleradamente emocionado. Vi, a través de los vidrios, cómo su figura se convertía en sombra y se evaporaba en la oscuridad. No me podía ir. La esperé. Pensé en llamarla. Recién entonces, en pleno estado de desesperanza, entré en razón. Sus besos no me correspondían. Para mí sólo había sonrisas. El resto, lo mejor, era para otros. No entiendo por qué no olvido esa madrugada. No sé por qué no puedo dejar de pensar en ella.

No hay comentarios.: