11/12/08

Amor con prefijos (...)

Era omnipresente su belleza. Era imposible decirle que no. Así nació una relación extraordinaria. Lucíamos inseparables. Creíamos que nuestro amor era infinito. Intramuros todo estaba bien. Pero el paso del tiempo se encargó de alimentar el descontento. Casi siempre estaba disconforme. Le decía algo y se ponía ultrasensible. Cuando podía, se retrotraía y aseguraba que yo me había transformado, que ya no era el mismo. Resultaba intolerable su carácter volátil y, por momentos, se tornaba infrahumano soportarla. Tal vez estaba un poco bipolar. El nivel de comprensión había caído al subsuelo. Y el clima estaba muy recargado. Fue cuestión de autoconvencerse. No había un punto intermedio. No había simbiosis. Así el amor mutó en desamor.

1 comentario:

Ce. dijo...

Me gusta la acidez de tu blog, y los cambios... los muchos cambios de formas.

Yo, en similitud o diferencia de aquellas chicas q no regresaron, sinceramente espero volver...


Cariños