30/7/08

Espera (...)

Ella estaba apoyada sobre una ochava de una de las tantas esquinas de Barracas. Estaba peinada y sutilmente maquillada. Desde lejos se sentía su suave perfume. Jugaba nerviosamente con sus manos. Sus dedos se entremezclaban con velocidad hasta que se trababan con los anillos. Entonces, resignada, volvía a empezar con su rudimentario juego digital. Apuntaba su mirada hacia uno de los dos puntos de fuga. Parecía perdida. Sólo alzaba la vista cuando escuchaba un bocinazo o algún grito. Era evidente que esperaba a alguien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno, en verdad.

Saludos