31/5/10

Catalina (...)

Ella no me esperaba. Apenas me vio, intentó disimular su alegría. Se mostró indiferente. Actuó. Sólo para juguetear con mis sentimientos, me pidió que me fuera. Pero enseguida se sonrió y me hizo un lugar en su cama. Era tarde. Apenas cruzamos palabras. Se aferró a mi mano. Con fuerza. No la soltaba. Hasta que se durmió enredada entre mis brazos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre hacen lo mismo. Juegan con el no, hasta que todo se vuelve si...


Saludos

J.

julio dijo...

Muy bueno el relato,romantico dría yo...

Diego Sagardía dijo...

Si no volvés a escribir, Lanús va a salir campeón.