24/10/07

Estrofa (...)

Sentado a una mesa, con el televisor encendido, pero sin volumen, el hombre luchaba contra su analfabetismo tecnológico e intentaba descubrir los secretos de su flamante adquisición. Tenía entre sus manos un dispositivo ultramoderno de color rojo y blanco que hace las veces de teléfono, agenda, reproductor de música, radio, calculadora, almacenador de datos, cámara de fotos y de video, entre otras funciones aún sin develar... Demasiadas para un aparato que mide ocho centímetros de alto por cuatro de ancho y que cabe en la mayoría de los bolsillos. De repente, tras presionar con torpeza un par de botones, comenzó a sonar una canción... El hombre dejó el celular sobre la mesa. Y comenzó a llorar. Todavía no sabe por qué.

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