19/10/07

Tarde de verano (...)

Ella intentaba acomodar el pelo que se había zafado de una poco prolija atadura. El calor tenía mucho que ver con ese movimiento repetido en forma mecánica. Parecía un tic. Podía ser también un juego de seducción maquillado como un reflejo que no hacía más que llamar la atención. Su cuello aparecía en la escena. Invitaba a acercarse. También se veía una parte de su hombro, apenas cubierto por un bretel rebelde y provocativo. Demasiada piel para una tarde de verano. Demasiada piel para observar desde tan lejos.

No hay comentarios.: