22/10/07

Repaso (...)

Con la cabeza hundida en la almohada y la mirada perdida en una pequeña imperfección, casi imperceptible, que se ve en una de las paredes de la habitación, la cabeza se rebela ante la severa orden de tomarse un descanso. Desobedece. Y no se detiene. Analiza en forma antojadiza situaciones del pasado inmediato. Se repasan diálogos. También se reviven silencios. Se imaginan escenarios posibles dentro de todas las imposibilidades. Vaivenes. Sólo hay una variable que no puede controlar. El reloj no para: está empecinado en no dar vías de escape. Apenas le da tiempo para hacer lo que hace. Todo. Y nada.

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