Una mirada se correspondió con otra mirada. Ella se sonrió. Una caricia fue la consecuencia de otra caricia. Él no pudo evitar sonrojarse. Un beso llevó a otro beso. Y enseguida llegó un abrazo intenso y reparador. La felicidad en plenitud. Fue un atracón de amor. Auténtico, sin histerias, sin dobles intenciones. Único.
2 comentarios:
'Unico', por irrepetible y por excaso, muy buena descripción.
Saludos
Qué lindo.
=)
Publicar un comentario